Hoy salí de Kyoto para ir a una pequeña ciudad llamada Gujo Hachiman, famosa en esta época del año por su Bon Odori.
Fui hasta Nagoya en Shikansen y hasta la ciudad de Gifu en tren local. Me compré en la estación este bento para comer en el tren.



Una vez allí me dirigí a la oficina de turismo para conseguir información sobre cómo llegar a Gujo Hachiman y si tenían mapas. Me dieron unos mapas de Gujo Hachiman,en japonés, y Takayama en ingles y me indicaron donde tenía que esperar a la guagua (autobus).
Me fui a esperar pero no sabía cual era la guagua (autobus) que tenía que coger. Di un poco la lata a la gente que estaba allí, pero al final me subí a la correcta y me bajé en la parada correcta.
Cuando me bajé en la estación de guaguas (autobuses) de Gujo Hachiman tenía ganas de ir al baño, asi que me fui al baño. Tuve que atravesar el baño masculino y al fondo estaba el baño femenino. ¡Rarísimo!
En fin, cuando salí de allí no sabía hacia donde ir. Estuve dando unas vueltas a ver si conseguía ver un mapa o algo. Entonces me di cuenta que un chico que se había subido en la ciudad de Gifu. Por suerte empezó a charlar conmigo y me comentó que hay que coger otra guagua (autobus) para llegar al centro de la ciudad. Él estaba estudiando en la universidad en Tokyo y me preguntó cosas sobre qué hacía en esta ciudad, cómo lo encontré y cosas por el estilo.
Al final nos subimos a una pequeña guagua y nos bajamos en el centro, donde está una oficina de turismo, que a su vez es una tienda de comida. El chico habló con la mujer de la oficina de turismo y entre los dos me indicaron el mapa dónde estaba mi minsuku. El chico que acompañó un trozo de camino y luego se marchó, pero no sin antes de estar seguro de que no me iba a perder.
Seguí hasta el final de la calle y luego giré a la izquierda y en la calle de la izquierda hay una pequeña calle que lleva a un puente.



Al lado del puente hay un famoso templete. Apartir de ahí cruzé el puente, segui el río y la primera calle a la derecha estaba mi minsuku.



Como llegué muy temprano, sobre las once de la mañana, la puerta principal estaba cerrada. Tuve que tocar varias veces y luego entré. La dueña salió a mi encuentro y me comentó que era muy pronto, que volviera a las tres de la tarde, que es la hora en la que se hace el check inn, pero que podía dejar mi mochila si quería.
Una vez sin la pesada mochila me fui a ver la ciudad. Había leido en la web de turismo de la ciudad que se expedían licencias de pesca. Por eso se veían muchos hombres por el río pescando.



Primero fui a la oficina de turismo para preguntar por los cursos de baile Odori que daban y me dijeron el horario y el lugar. Luego decidí subir a ver el castillo. Estaba sorprendidísima lo activos que son los jubilados japoneses y la resistencia que tienen. Pues por el camino, un atajo tenía una abeja enorme, les dije a unos japoneses que iban a pasar por ahí que tuvieran cuidado que había una abeja, pero pasarón sin preocuparse por ella. ¡Hay cómo nos preocupamos la gente de ciudad!
Cuando llegué a lo alto de la moñtaña me faltaba el aliento, estaba cansadísima y estaba sudando un montón.



Desde el castillo se puede disfrutar de una vista magnífica de toda la ciudad.



Despues bajé y fui a una clase baile que para mi sorpresa, no resultó ser una clase de baile sino de teoría. Habían dos mujeres, una explicaba y la otra bailaba con la primera los diferentes bailes. La mujer hablaba rapidisimo, así que no conseguí entender nada.
Luego cómo casi era hora de ir al minusuku para el check inn pues encaminé hacia allí. Decidí esperar para almorzar ya que no me daba tiempo. La dueña sentó a los clientes en el salón y nos dio los formularios a rellenar y después fue acompañando uno a uno a todos los clientes a sus habitaciones. Me comentó que habían tres turnos para la cena y el desayuno y me preguntó cuales prefería y también me exlicó el horario para usar el baño público. Y luego me llevó a mi habitación.



La casa tenía dos jardines, uno delantero y otro trasero. Mi habitación tenía vistas al jardín trasero



Después me puse a revisar la web de la ciudad. Resulta que en la oficina de turismo venden un vale para museos de la ciudad y también miré los lugares de interés antes de salir.
Fui a la oficina de turismo y me dieron un trozo de cartulina enorme que era el vale y me marcó la mujer en el mapa los lugares que podía visitar con él, incluyendo el castillo. De ahí me fui a buscar un sitio donde comer. La mujer del minsuku me había recomendado mirar al otro lado del río. Dí unas vueltas por la calle y vi un sitio que me pareció bien entonces entré y me pedí un arroz con curry japonés para comer. Justo enfrente, había un puesto de pescado asado en en palo. Me pregunto cómo se comerán. El resturante tenía en la pared los platos con los precios puestos en japonés.
Luego fui a visitar la galería de arte con arte hecho con ramas de árboles. Es una galería ideal para visitar con niños. Cuando terminé de ver el museo estuve mirando la tienda del museo y decidí comprar un libro de origami para una amiga. Le pedí a la señora que me ayudara a seleccionar uno. Fue muy amable, hasta me enseñó cómo se hacía un orgami muy simple y original y luego me regaló ese y otro en forma de pájaro. Luego fui a ver una casa museo-tienda que había al lado. Cuando salí me acordé que tenía que comprar las tiras de tela para atar el yukata, asi que volví a la tienda de la galería de arte para preguntarle donde podía comprarlo. Ella me indicó una tienda en la calle principal. En la tienda me atendió una chica y compré tiras para todos los yukata. Como ya era tarde no me dio tiempo de ver mucho.
Luego me puse a dar vueltas por la ciudad.



Hay gente que pone adornos muy originales por fuera de su casa.



El pequeño templete al lado del puente.



Me sente un rato a orillas del río, cerca del templete, metí los pies en el agua. Estuve observando las casas de los alrededores y todas son bastante humildes.



La calle que daba al puente tenía en los lados del suelo unas pequeñas lámparas que funcionaban con la energía de un pequeño hilachuelo de agua que pasaba por los lados de la calle. Aqui está una foto del mecanismo. Que veais que la ecología no tiene que ser cara de implementar.



De camino al minusku me encontre esta pareja de japoneses que se habían quedado dormidos. Los había visto llegar con una botella de cerveza cuando me marchaba.



Volví al minsuku con tiempo suficiente para poder bañarme antes de la cena. El baño era bastante pequeño, creo que sólo cabían dos personas a la vez. Después esperé en mi habitación hasta que fue hora de cenar y bajé al comedor. Este minsuku a diferencia de otros, era más de estilo ryokan. Os explico, cada cliente tenía su propia mesa grande y no había que hacer la cama, mientras que en los minisukus normalmente hay hacerse la cama.Además la dueña venía a explicarme los platos que me ponía. Recuerdo que me puso unas huevas y luego vino con un pescado pequeño y me comentó que las huevas que me puso antes eran de ese pescado. Cómo le dije que yo no comía carne, me puso para cenar 3 platos de pescados. Me fue muy complicado comer el pescado con los palillos. Fui la última en terminar de comer. Me dio pena darles trabajo hasta tan tarde. Las señoras que estaban en la mesa de al lado fueron al Odori con el yukata del minsuku.
Después de comer subí a mi habitación y descubrí que durante la cena, las hijas de la dueña habían ido a las habitaciones a poner las camas. Digo hijas, porque los minsukus son hoteles familiares. Después me encaminé a la plaza que había dentras de la oficina de turismo. Allí estaba todo montado para el Odori. En el centro de la plaza había una carroza en la que estaban sentados los músicos y los cantantes. Alrededor de la carroza baila la gente se mueven formando un círculo. Los bailes por lo general no son muy complicados y tampoco muy rápidos. Lo importante es la sincronización con el resto de las personas bailando.
En los lados de la plaza habían montados chiringuitos de comidas y un montón de sillas y mesas con toldos para que la gente se sentara a descansar, a comer o beber.
Hasta este día no sabía la elegancia que podían tener los hombres bailando. Yo hasta me atreví a bailar una. Recuerdo que había un hombre con una chulería nata bailando.
Estuve sacando fotos y videos de la gente. Había gente que sin meterse en el círculo se ponían a un lado y enseñaban a bailar a sus hijos.Y había también una pareja de extranjeros.
Estuve un rato y cuando estaba cansada me volví a mi habitación a dormir. Tuve que poner el aire acondiconado para que los mosquitos que se habían metido en la habitación no me picaran. El grupo de señores de la habitación de al lado eran bastante escandalosos.
Lo malo de los alojamientos tradicionales japoneses es que si quieres ir al baño en medio de la noche, tienes que recorrer toda la casa para poder ir.
Aquí os dejo una foto del Odori.



Una última cosa, comentaros que indicaciones en inglés aquí son casi inexistentes y la gente no habla el inglés. Asi que si no hablais japonés, no os recomiendo visitar esta ciudad.

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