Hoy me levanté temprano para ir a ver el caminando hasta el Tori antes del desayuno. Fui con el yukata del ryokan y las cholas (chanclas) que me comentó la mujer anoche cuando le pregunté cuales me podía poner para salir a dar un paseo. No pensé que fuera a haber tanta gente.Jejejeje todos tuvimos la misma idea, pero yo fui la unica masoquista a la que se le ocurrio la brillante idea de andar por la playa descalza. Estaba llena de piedritas y pequeñas conchas. Aqui van unas bonitas fotos





Esta foto me encanta.



El desayuno en el hotel fue enorme, pero para la hora de comer japonesa, ya tenía hambre. Una de las mujeres de ayer estaba en el desayuno y le tocó atender mi mesa. Fue tan amable de explicarme cómo se comía lo que me había puesto. Aunque la pobre tenía mala cara esa mañana. Lo dificl de la comida japonesa es cómo comersela.
Después de desayunar hize el checkout. En ese momento, un señor que estaba antes que yo estaba comentandole al recepcionista las cosas que habían tomado en la habitación.Resulta que el té que me preparé en la habitación, antes de salir a dar mi paseo matutino, no era gratuito. Después dejé la mochila ahí y me fui a dar una vuelta a ver lo que me quedaba y hacer algunas compras.
Me compre un juego de palillos para toda mi familia. Compré también una estápula para servir arroz, típicas de Miyajima para mi padre. Y para mi sorpresa, encontré una tienda donde vendían ゆかた(yukata) por 2100円. Me pareció muy buen precio ya que había visto en otras tiendas y no bajaban de los 4000円. Las おび(Obi) salían 1050円. Por cierto, la isla también es famosa por las ostras. Se pueden comer ostras recién asadas cerca del templo de Itsukushima.



Mientras estaba de compras, me picaron un par de mosquitos. Que me piquen los mosquitos en Japón no es nada nuevo, ya que los días pasados ya me habían picado, pero los de esta isla son más como los mosquitos europeos, no se me hincha la picadura como me había pasado hasta entonces.
Después de hacer las compras me fui a Hiroshima. Ahí me compré un bono de tranvía por un día con la ayuda una amable japonesa. ¿Qué habría sido de mi sin los amables japoneses? Pues para empezar me fui a ver el castillo de Hiroshima. De camino al castillo me paré en una pequeña tienda a comprar agua y un paraguas. Cuando le conté a la señora de la tienda que me había dejado el paragua en el tren, en vez de venderme uno, me regaló uno que tenía usado. ¡Qué buena! El castillo es una replica del castillo que fue destruido por la bomba atómica. En este castillo tienen un traje de samuari y uno de dama de la corte que se puede probar la gente y sacarse fotos con sus propias cámaras. El único requisito es quitarse los zapatos antes de subirse al tatami. Una curiosidad de todos los sitios como museos, castillos, etc es que existen unos sellos con los que se pueden estampar en una hoja para llevarse la estampa de recuerdo. Otra curiosidad es que a los japoneses, tanto niños como adultos, se les reparten hojas para rellanar, para hacer la visita más didactica.
Este castillo cuenta la historia de la ciudad de Hiroshima y su castillo a lo largo de los siglos. Existe audio en inglés que lo cuenta. Una curiosidad de los castillos en Japón, al menos los que he visitado, es que tienen fotos de otros castillos famosos del país. Aunque el castillo no es original, merece la pena la visita para saber sobre la historia de la zona. Se pueden ver imágenes de cómo quedó el castillo después de la bomba atómica y de las fases de reconstrucción.



Luego fui al parque Shukkeien. Es un parque donde no abunda la gente por lo que se puede disfrutar a gusto, si se tiene tiempo. Es increible cómo ha salido adelante esta ciudad después de la bomba atómica, pero aun sigue en la memoria. Por ejemplo en esa imágen se ve un puente. Al lado del puede hay un cartel que cuenta que cuando estallo la bomba, mucha gente vino a refugiarse a este parque pero murieron antes de que les llegara la ayuda. Ese puente fue de lo poco que sobrevivió a la bomba atómica. De hecho existe un pequeño cartel, en japonés, que dice que no se puede subir por el puente, sino, que se pase por la pasarela que hay en la parte izquierda.



Tuve que darme prisa. Me fui directa a zona de los おこのみやき(Okonomiyaki). Me metí en el primero que vi y estaba buenísimo. Yo no suelo comer verduras, y menos col, pero me comí eso. Los おこのみやき(Okonomiyaki) llevan por lo menos media col grande cortada en tiras, entre otros ingregientes. Consite en un crepe, sobre él se pone la col y se asa sobre una plancha. Al lado se hacen el resto de los ingredientes, como son los fideos そば(soba), huevo ....Una vez hecho, se mezcla y se coloca sobre el crepe.Tengo que reconocer que no sabe nada a col.Menos mal que me pedí uno normalito y pequeño, porque son muy pesados. Te ponen el おこのみやき(Okonomiyaki) en una esquina de la plancha, en frente de ti y te dan una espátula de metal para partirlo y ponerlo en el plato. Lo siento, no me atreví a sacar una foto, pero vamos, que internet está lleno de fotos.
Aqui va una foto curiosa que saqué en un centro comercial subterraneo. No se si es que se vendían realmente paraguas o era alguna exposición. Recuerdo haber visto un cartel con precio.



Luego volví a la estación para coger el tren para volver a Kyoto. Después de tener el billete, intente llamar al hotel para avisarles sobre la hora que iba a llegar. Tuve que preguntarle a una señor que prefijo tenía que marcar para una llamada local. Cuando terminé de hablar con la señora del hotel, que calculó que llegaría sobre las 8:30pm, la señora que me ayudó con el prefijo estaba sorprendida por mi japonés. Me dijo que mi japonés era bueno. Bueno yo sé que せんせい(profesor) diría que me falta aún mucho para eso, y lo reconozco.
Me pasó lo que suele ser raro en Japón, mi tren llenó unos minutos tarde. Cuando llegué a Osaka, había perdido mi otro tren. Le comenté al revisor y me dijo que no importaba, que cogiera el proximo, pero que me sentara en el vagón de los asientos no reservados. Si, algunas veces, esto puede pasar, el mundo no es perfecto.
Cuando llegué a Kyoto intenté buscar la para de la guagua(autobus) que tenía que coger para ir al hotel y ya eran las 9pm. Encontré la guagua(autobus), pero resultó que donde estaba parada, sólo era para que se bajaran los pasajeros pero no para que se subieran. Entonces una chica que se acababa de bajar de la guagua(autobus) habló con el conductor y salió corriendo para llevarme a donde estaba mi parada. Estaba corriendo con una silla sin patas a cuestas. Fue tan amable y encima me dijo a que hora pasaría.
Llegué sobre las 9:30pm al hotel. Aunque les pedi disculpas, la señora parecía un poco enfadada. Debí haberles llamado cuando llegué a la estación de Kyoto. Pero, todo bien. La habitación es enorme y tiene vistas al monte. No hay edificios altos que tapen la vista.

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