Hoy desayuné y luego preparé las cosas para marcharme. Mientra hacía el check out la dueña me preguntó a donde iba a ir ahora. Le conté que iba a Takayama y tenía que ir en taxi hasta la parada. Ella me dijo que esperara un poco y ella misma me llevaba en su coche hasta la parada. También me dijo que escribiera algo en su libro de visitas.
Cuando despidió a todos los clientes me llevó en su coche a la parada. Le dije que me perdonara por haber escrito mal el correo el japonés que le escribí para hacer la reserva y ella me dijo que no estaba mál.



La parada estaba en las afueras de la ciudad y estaba bastante sucia y llena de arañas. Había arañas enormes.
Esperaba pasar por la oficina de turismo de la plaza para comprar una botella de leche para probarla y el pescado, si lo tenía, pero al final no puede ir. Por cierto, las botellas vacías de leche hay que devolverlas donde se compraron por el tema de reciclaje.
Como llegué pronto a la parada tuve que esperar bastante a la guagua (autobus). Cuando llegó me subí y le pagué al chofer. El tenía mi nombre en su lista de pasajeros.
Por el camino se pueden ver muchas ciudades con río y gente pescando a intervalos regulares.
Cuando llegué a la estación, me meti en la estación de tren para meter la mochila en una taquilla. Prefería guardarla hasta la hora de check inn para no ir a incordiar a la dueña del minsuku, cómo hize dos días antes.
Me costó muchísimo meter la mochila en la taquilla. Unas señoras muy amables me ayudaron a meterla.
Una vez hecho eso, me fui a la oficina de turismo que había enfrente de la estación para pedir un mapa y información sobre las guaguas (autobuses) para ir a Shirakawa-go al día siguiente.
Después me fui a explorar la ciudad. Primero decidí buscar mi minsuku. Takayama es muy diferente a lo que yo me esperaba. Esperaba una ciudad como Gujo Hachiman, pero en cambio era una ciudad muy acostumbrada a extranjeros y carteles en inglés por todas partes.
De camino me vi esta curiosa estatua. Y de paso me picó algún mosquito. ¡Hay que ver como pica!



Justo enfrente del minsuku había un templo con un árbol milenario enrome.



Con una campaña y una estatua de buda.



Por fuera habían unas estatuas y un altar. Los muñecos rojos que se ven colgados son símbolos de la zona.



En la calle del minsuku había una garaje y esto es lo que vendía una maquina expendedora que había. Me llamó mucho la atención el agua con proteinas.



Ahora que estoy aqui y la gente me pregunta que si la probé, me arrepiento de no haber comprado una para probarla.
Pues volviendo al tema, seguí caminando y cruzé el puente. Al final del puente estaba puesto el Mercado de las mañanas con productos de la zona.
Me fui a ver la casa Yoshijima. Cuando compré la entrada, la chica me comentó que en el patio invitaban a tomar un poco de té y una galleta de arroz. Es una casa-museo en el que se exponen utensilios de la época.
Pues me fuí al patio y me senté con mi galleta de arroz y mi té en una mesa. Mientras comía mi galleta y revisaba el mapa de la zona, una chica se acercó y me preguntó si se podía sentar. Resultó que estaba alli con su familia y toda su familia se había ido con los niños a visitar algo y ella se vino sola a visitar los museos de la zona. Era de indonesia. Ella también hablaba un poco de japonés. Me comentó que la gente en Takayama aunque les hablaras en japonés siempre te respondían en inglés. Le comenté mi situación de que estaba viajando sola y me dijo que en su país en Jakarta no es muy seguro viajar sólo, en cambio, en Bali si es seguro. Ya sabeis gente, consejos de una nativa para viajar. Luego ella se despidió de mi y seguió su ruta visitando otros museos. Me alegro mucho de haberla conocido. Espero que algún día nos volvamos a cruzar.



No conseguí encontrar el museo folclórico así que me encaminé al Shishi Kaikan.



Al lado del templo estaba la sala de exhibición en la que había una exhibición de carrozas pero no entré a verlo, la entrada me pareció un poco cara.
Luego me fui a buscar un sitio donde comer. Pero no conseguía encontrar donde comer. Algo que me llamó la atención es que en esta zona son muy numerosos los puestos de dangos. Yo al final me decidí por un puesto de takoyaki (bolitas de pulpo) al lado del río, en la calle del mercado de las mañanas. Lo interesante es que aqui los takoyaki los hacen mas crujientes. Le pregunté al señor del puesto si podía sentarme en algún sitio para comer y me señaló la parte interior del bar que tenía una mesa y un banco. La verdad es que no me gustaron mucho, parece que los takoyaki crujientes no saben muy bien.



Luego volví por mis pasos para seguir mi ruta, pero me di cuenta de que no me daba tiempo de seguir ya que debía ir a buscarme mi mochila a la estación para ir a hacer el check inn en el minsuku, asi que decidí ir por otro camino hasta la estación. Por este caminió pasé por una escuela primaria y otra secundaria. Esperaba que fueran iguales que en los anime. En parte lo eran, yo los vi através del patio, pero claro, no vi el gran reloj que suele haber en la parte alta del edicifio de cara a la entrada.
Otra cosa fue que vi a una estudiando en minifalda, era la primera estudiante que veía en minifalda. Todos pensamos que en Japón todas las estudiantes van en minifalda y eso no es verdad, son pocas las que van en minifalda.
Hasta que no recogí la mochila no me había percatado lo mucho que pesaba, iba casi doblada cargandola.
En el minsuku tuve que esperar un poco a que alguien saliera a recibirme. En este minsuku había que quitarse los zapatos y ponerlos en unos cajones y ponerse las zapatillas de casa. También tenían puesto en la mesa un bote con limpia manos sin jabón con alcohol para evitar los contagios por la gripe A.
La dueña después de rellnar los papels me llevó a mi habitación y me explicó que la cena era a las 6:30 en el comedor y me dejó en mi habitación. Lo curioso es que el futón estaba puesto y no había que quitarlo y ponerlo. Imagino que por la experiencia que tienen con los extranjero pensaron que era mejor dejarlos puestos.
Estaba cansadísima. Me dolían mucho la planta de los pies por bailar tanto con los geta la noche anterior y hacía muchísimo calor. Estuve descansando un rato, viendo la tele, leyendo las instrucciones que había en inglés en el libro que había debajo del mando de la tele, y me comí el pan melón y el pan de naranja que me había comprado el día anterior. este es el pan de naranja con trozos de naranja.



Y el famoso pan melón que me habían recomendado mis amigos que debía probar en Japón



Para aprovechar un poco la tarde decidí hacer una ruta que ponía en el mapa que me dieron el oficina de turismo que empezaba cerca del monte.
Fui viendo los templos según la ruta que aparecía en el mapa.



Pronto me di cuenta de que eramos un grupo de extranjeros los únicos que estábamos en haciendo la ruta a esa hora.
En uno de los templos resultó que todos los perdimos, seguimos el camino según el mapa, pero resultó que nos habámos metido en un cemeterio y no había salida en el camino, asi que dimos media vuelta. Me acerqué a preguntarles a unos obreros que estaban por ahí donde estaba el templo y de pronto ser acercó un monje. Me dijeron que habían cambiado el camino para llegar y que debíamos ir por la calle de abajo. Les di las gracias y me acerqué a los otros turistas para decirselos. La pareja de españoles no tuvo que preguntar, sino que encontraron su camino. La otra pareja de unos 40 años de no me acuerdo que pais eran. Cada uno fuimos a nuestro ritmo. Tuvimos que caminar mucho hasta el siguiente punto, ir hasta el final de la ciudad. Llegado un punto había que meterse en el bosque y decidí dar marcha atrás y volver al centro, ya que no me daría tiempo de terminar el recorrido y estaba cansada.Bajando me encontré a la pareja de extranjero de mayor edad y les comenté que ese era el camino, ya que una de las casas tenía un cartel que ponía que el camino era ese, supongo que muchos turistas se habría perdido y les habrían preguntado varias veces.
Una vez en el centro para aprovechar un poco el tiempo que me quedaba estuve mirando tiendas por la zona de las casas antiguas. Me compré una botellita de leche de Hida para probarla.
Llegué a tiempo al Minsuku y me puse a dar vueltas por el minsuku buscando en comedar. Por el camino me tropezé con un señor que resultó ser de Lanzarote y que estaba allí de vacacions con su familia. Me comentó que llevaba unos días allí y que habían ido a ver el pueblo de Hida, una pueblo de casas de estilo Gasso como Shirakawa-go. Le pregunté cómo sabría cuando y donde había que ir a comer y me dijo que llamaban por teléfono a la habitación para avisar para bajar a comer, que en todos los sitios donde había estado él era así. Yo le comenté que era la primera vez que me pasaba eso, que en todos los sitios en los que me había quedado no llamaban a la habitación para ir a cenar. Desde luego lo tienen muy bien preparado todo para que los extranjeros no se sientan confundidos y no tengan que preguntarle a la dueña que no hablaba casi inglés.
Pues me fui a mi habitación a esperar la llamada. Cuando me llamarón bajé al comedor. Todos los demás comensales ya se encontraban allí. En la mesa de al lado estaba una gran familia de hawaianos y en la mesa de enfrente la familia de Lanzarote.
La dueña sirvió la comida, encendió los quemadores, se sacó fotos con los hawaianos y se marchó. En una mesa pequeña había dejado caja con arroz para el que quisiera repetir. Era la primera vez que cenaba con extranjeros. Lo que más me llamó la atención era que todos sacarón sus cámaras para sacar fotos a la comida. A mi me pusieron tofu para cenar, ya que le había comentado que no comía carne y a los demás le había servido carne de res de Hida, una carne muy famosa por la zona.
Cuando terminé de comer me fui al piso superior a preguntarle a la dueña a que hora empezaba el festival de los farolillos y donde era. Ella no sabía, pero la chica que estaba con ella miró una hoja que tenía en la oficina y me dijo que estaba apunto de empezar y era en el puente. La señora parecía un poco sorprendida por mi japonés o por saber de la fiesta.
Pues me fui hasta el puente. Al lado del puente los monjes budistas habian montado un tenderete con una mesa para atender a la gente. Al poco empezó el festival y se empezaron a ver los farolillos flotando rio abajo.



Y empezarón los monjes budistas a leer mantras desde el puente de enfrente. Luego me acerqué a la caseta de los monjes y estuve esuchando a un chico extranjero y un señor japonés que le estaba traduciendo el tema de los farolillos. En este caso, los farolillos eran para recordar a los antepasados. Se ponía el nombre de la persona que pone el farolillo y el nombre de los antepasados.
Yo también me animé a poner uno a mis antepasados. Los monjes se sorprendieron y se rieron mucho cuando vieron que sabía escribir katakana. Luego un hombre me acompañó hasta el río donde otro me ayudó a bajar por unas escalera de bambú para que yo misma pudiera poner el faorillo en el río.En la otra ocación en Kyoto no me habían dejado ir a ponerlo yo misma.
Luego me fui al puente donde estaban los monjes leyendo los mantras. Era precioso oir los mantras mientras fluían los farolillos río abajo. Había gente al lado que se puso a rezar con su rosario budista.Al final, no se porqué los monjes rompieron la armonía y un monje leía a una velocidad diferente y más alto. Entonces me volví al minsuku.
En el minsuku estuve hablando con una mujer muy simpática de la familia hawaiana. Siento no recordar su nombre, espero que ella me perdone. Menuda coincidencia, ellos iban al día siguiente a Gujo Hachiman y ella también quería hacer la tempura con la comida de plastico. Le dejé mi mapa y le comenté lo que tenían que hacer para llegar hasta el centro y consejos. Era una lástima que sólo fueran por un día y no se quedarían a dormir allí. Me comentó que habían contratado una empresa para que mandara su equipaje a su hotel del Gifu. Yo no sabía eso, entonces ella me explicó que por la ciudad hay muchos vehículos circulando con el logo de un gato con un gato bebé y que estas empresa se dedican a trasladar equipajes, paquetes, etc.

0 comments:

Publicar un comentario